Las necesidades del consumidor se han mantenido estables, lo que ha cambiado, y seguirá cambiando, es su forma de comprar. Y leer esas tendencias es fundamental ya que la sostenibilidad, la economía circular y la economía colaborativa tienen un gran impacto en las decisiones de compra.
La relación de las personas con los diferentes actores de la economía camina hacia la sostenibilidad y una mayor consciencia en los hábitos de consumo. Algunos ejemplos son las aplicaciones tecnológicas de transporte (Uber), los servicios de utilización de viviendas por cortos periodos de tiempo (Airbnb), el alquiler de bicicletas y otros dispositivos sin motor y la compra y venta de productos en marketplaces, etc.…
¿Y qué hacen las personas en relación con el consumo excesivo? Intercambios y compartición de bienes con una utilización más racional. En el caso de la compartición, y teniendo en cuenta el ciclo de vida de los productos, la economía colaborativa puede ayudar. Por ejemplo, se deja de usar el coche para usar el transporte público y/o los servicios como Uber. Las personas, en general, están aprendiendo a consumir y utilizar más eficientemente los recursos que tienen a su disposición.
Otro ejemplo, en el área del mobiliario, es querer saber el origen de las materias primas y los diferentes componentes (especialmente las certificaciones y componentes de la cadena de suministro) y cómo puede, al final de su utilización, llevarse el objeto a un vertedero o reintroducirse en el consumo a través de la reutilización. Es decir, el individuo en las nuevas generaciones empieza a asumir el peso de las responsabilidades sociales y ambientales, con un sentido más colectivo y preocupado por la sostenibilidad y las generaciones futuras.
Cuando el consumidor tiene conocimiento de los impactos sociales, económicos y ambientales que un determinado producto o servicio tiene, puede, si así lo desea, convertirse en un agente transformador de esta cadena de suministro (da origen al cliente final) a través de sus decisiones de consumo consciente, reduciendo los impactos “negativos” en sus decisiones de compra.
Algunas preguntas que dejamos como sugerencia para reflexionar sobre los nuevos hábitos de consumo son: ¿por qué tengo que comprar?, ¿qué tengo que comprar?, ¿necesito comprar?, ¿cómo voy a comprar, a quién debo comprar y cómo lo voy a utilizar?, y, ¿cuál es el destino final que le voy a dar después de la utilización o desgaste? Al responder a estas preguntas, el consumo pasa de ser meramente por impulso a más consciente y sostenible. ¿Crees que tiene lógica?
Y hasta en la producción consciente, como es el caso de JUST4HOME, se están llevando a cabo ajustes. Hace tiempo se seguía una línea basada en “¿qué y para qué segmento producir?, ¿cuáles son los costes de producción?, ¿cuál será el margen de beneficio bruto?”. Hoy en día, la postura es otra “si nuestros productos de madera llegan al consumidor final, ¿por qué no darle información que apele a la sostenibilidad?”. Así es como todo el proyecto JUST4HOME se basa en los principios de la economía circular.
La producción y el consumo sostenible forman parte de los objetivos del milenio de las Naciones Unidas, y una cadena de suministro y producción que se rija por esos principios también será más robusta y resiliente en el futuro. Nosotros también, como productores de la industria del mobiliario, queremos ser un agente activo de este cambio y tendencia de consumo, ya que tiene lógica y ¡juntos seremos más fuertes y conscientes!
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