Después de leer este artículo, el minimalismo entrará en ti; al principio te parecerá extraño, pero luego te gustará.
La primera referencia sobre minimalismo apareció alrededor de los años 60 a través de los movimientos artísticos, culturales y científicos, que se preocuparon por utilizar sólo elementos fundamentales como forma de expresión. Este estilo ha ido creciendo en número de seguidores hasta nuestros días y ha llegado a varias áreas hasta convertirse en un estilo de vida y llegar a nuestras casas y oficinas, influyendo tanto en la arquitectura y la decoración como en el modo de organización de las personas que optan por el “menos es más” en su vida diaria.
“Se puede considerar un movimiento sociocultural del mundo contemporáneo que también se aplica a la decoración y mobiliario”
Aliar estética a funcionalidad, dejar las habitaciones y ambientes más vacíos para sentirse más cómodo, además de valorar la calidad en vez de la cantidad, son algunos de los principales conceptos. Utilizando colores neutros, como el blanco, gris y negro, formas geométricas sencillas, muebles funcionales y pocos elementos que destaquen, la decoración minimalista intenta transmitir el mensaje de que “todo forma parte de todo”. Apela a la armonía de la simplicidad, aunque hay que reconocer que hacer fácil es, a veces, lo más difícil.
La organización es esencial para un ambiente minimalista. Cada objeto tiene que estar en su sitio de origen, sin excesos en la decoración, aportando equilibrio al ambiente. Para aplicar el minimalismo a través de la organización, evalúa en primer lugar tus objetos y quédate solo con los que te hagan feliz y los que sean realmente necesarios.
4 acciones para una decoración minimalista
La decoración minimalista y la organización deben estar en sintonía y ser aliadas ya que ambas buscan el bienestar y tienen, como objetivo, proporcionar más espacio y funcionalidad a los ambientes.
Es importante subrayar que un ambiente sencillo no es necesariamente un ambiente sin vida, sin color o sin gracia, sino un ambiente que tiene lo esencial para aportar confort y funcionalidad.
Nuestro consejo es mantener la simplicidad con espacios libres, limpios y poca información visual. Decántate por objetos decorativos cargados de historia y significado. Muebles con diseño de líneas rectas y acabados sencillos (madera clara, blanca o negra). Observa cómo los muebles blancos se destacan del suelo y los negros de las paredes blancas.
La base de la decoración debe ser colores neutros, pero eso no quiere decir que para tener un ambiente minimalista sea necesario limitarse al blanco, negro o gris (aunque sean los colores principales). Sobre estos colores puede haber pinceladas de muebles de colores más vivos.
Optar por un abordaje minimalista en la decoración de tu ambiente no sólo va a proporcionar organización, sino también un espacio donde podrás relajarte y sentirte bien. Eso sí, no sigas estos consejos a rajatabla porque, incluso en el minimalismo, ¡la creatividad es una obligación!
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